5.12.14

Poética













Hoy me vuelco a lo simple,
a la belleza pura y sutil,
a la poesía en su esencia.

Mi espalda se entumece,
mis manos se crispan;
tan sólo quiero soltar,
preciso llorar palabras
cual tibias gotas sazonadas.

Basta de diluvios en papel,
que mi espíritu caiga
como rocío en las hojas.

Admiraré a los grandes escritores
e imitaré, en mi juego artístico,
a los grandes poetas de lo eterno.

Y mi vida abrazará las formas 
de una oda...

Hoy me anuncio como poeta,
ya no como escritora.

No gusto más de largas horas
frente a pantalla y teclado;
ahora gusto de largas horas
frente al rostro de la naturaleza
que besa a la creación.

Gusto de los versos hechos de estrellas
y los renglones que saben a tierra.

Doy las buenas noches al cuaderno
que en sus pálidos brazos me contiene
y me voy a crear con plácida gracia
rapsodias en sueños de diosa.

Bajo a la selva subterránea
hasta que me llame la mañana
a regresar al mundo de arriba,
a cubrir con el velo corpóreo
este poema salvaje que se escapa.

Ya no lo cuento como un cuento,
ahora lo cuento como un alma.


Natalia Peralta 

21.9.14

Elfa














Como una elfa
que se adentra
en la naturaleza salvaje
del mundo
y de su alma;

sólo se muestra
en un rayo de luz
y a veces en alguna
sombra litúrgica;

juega en los bosques
a darle formas
corporales a los árboles;

conversa con los animales
a través de miradas,
los imita, los proteje;

se alimenta de los frutos
que Gaia le ofrenda;

dormita en las cortezas
hundidas de los troncos,
o sobre espesas hojas
al amparo de hogueras;

se mueve en búsqueda
de las profundidades
de la Madre Tierra
y de su ser;

como una elfa
que en su existencia
saborea y transmuta
un universo entero;

así…


Natalia Peralta 

Fotografía: Nataly Ninka
Edición: Javier Páez Muro

23.8.14

Poesía












Escribir un poema,
escribir un trozo de vida
en un papel,
escribir sobre el alma
palabras acuosas.

Darle forma a una emoción,
garabatear sentimientos,
garabatear pensamientos.

Materializar el espíritu
en una hoja;
eso es para mí la poesía.

Natalia Peralta 
Fotografía: Natalia Peralta 

4.8.14

Manantial sagrado


Poco importa
si son los menos
los que entienden
que las lágrimas
purifican,
que el llanto
aunque simule tormenta
en verdad
es una profunda limpieza
del alma.

Cristalinas gotas
cual pequeños cuarzos
con sabor a sal
trasmutan emociones;
se hace líquida
la cólera, la tristeza,
que en un afluente
a veces incontrolable
se va,
se evapora,
se transforma.

Soltemos las lágrimas
que se nos quieren llover,
sino el espíritu
como un firmamento interno
se oscurece,
se nos hinchan los pulmones
cual nubes grises
impidiendo al sol pasar
y el aire empuja
con iracunda fuerza.

Que no nos avergüence
nuestra lluvia interna
si se acerca
y se derrama,
si no la podemos explicar
tal vez sólo anhela
ser mar,
una ola de vida
chocando fugaz en la piel,
evaporándose límpida.

El sol sale
y la marea crece,
es un ir y venir
del espíritu reflejado
en el inmenso océano
de esta cíclica existencia.

Un manantial de lágrimas
mañana será un lago
en el que febo contemplará
su ardiente presencia;
y el diluvio volverá a caer
enfriando mejillas de cielo
y será vaporosa alegría
subiendo, volviendo a tronar,
otra vez mojando el alma,
fertilizando y reverdeciendo
la tierra acuosa del ser
con su emotivo temple.

Natalia Peralta

21.6.14

Invernal











Viento gélido en el rostro,
empalidecen mis labios
mientras tibias palabras
se agolpan en mi boca.

            Ese viento me habla,
            cálido es por dentro.

Mensajes de invierno
vuelan en matinal rocío
que en el alba hierven
y evaporan suspiros.

            El frío besa y choca
            en calor de ánimas.

Ángeles de madrugada
se descosen las alas
para fabricar los abrigos
que mi aura recubren.

            La voz, murmullo helado,
            se vuelve tangible vapor.

El sol distante observa
los árboles desnudos,
pájaros sin reparos,
largos senderos desiertos.

              Y los astros dibujan
              nieve en mis sueños.


Natalia Peralta

28.5.14

Desvaríos

Cuidado… 
que al encontrarle el sentido a algunas cosas
no se le escape el sentido a otras.
Cuidado… que al escuchar la voz más interna
no se silencie la voz que debe salir pa’l exterior.

Hay que escuchar el corazón, sí; pero también 
hay que hacerse escuchar con la garganta.
A veces habla el silencio,
y otras veces es sonido el pensamiento.
El zen nos conduce a esa armonía del habla,
a encontrar el equilibrio entre el decir adentro 
y el decir afuera.

Filosofía de bares, de mirar por la ventana,
de té con tostadas y una mente inquieta.
Pensar en el pensamiento, 
emocionarse con el sentimiento,
permanecer con el rostro inmutable 
detrás de la taza o el mordisco.

Hay un colosal gentío 
y el solitario filosofa con gesto neutro.
El poeta en el saquito de hebras mojado
ve quizás la pequeña almohada 
donde se humedecen los cabellos 
de alguna musa que se duerme.
Quizás mojan allí 
sus delicados piecitos las hadas.
Podría correr un río selvático allí adentro.

El cuaderno sobre la mesa de madera 
con su cuerpo de papel evoca a su madre,
recuerda los bosques, se revela contra la tinta.
Su rebeldía me arrebata la inspiración.
No me deja hablar de voces ni silencios 
ni filosofías ni poetas.

Si la hoja quiere ser árbol hay que dejarla soñar.
Por ahí mañana ella me estire su manito pálida
y me invite a jugar a ser poetisa.
O quizás nos invite a todos a jugar a ser árbol 
junto a ella. Quién sabe…

Natalia Peralta 

Fotografía: Javier Páez Muro

3.5.14

XL Concurso Internacional de Poesía y Narrativa: Mención especial, medalla y libros.


Queridos Lectores; con profunda alegría y emoción hago anuncio de mi participación en el libro Cultura en Palabras 2014, una antología de autores de Latinoamérica de la Editorial Aires. Con mención especial y medalla en género poesía, el jurado del Instituto Cultural Latinoamericano ha premiado cuatro de mis obras en el XL Concurso Internacional de Poesía y Narrativa, integrándolas a este libro que se distribuye en toda la Argentina y el exterior. 
La edición es bellísima y los colegas escritores que también forman parte de esta antología poseen gran talento y sensibilidad. Los sueños, sentimientos y vivencias de todos los artistas que integramos estos ejemplares se encuentran reflejados página a página.
Agradezco con todo el corazón a quienes hicieron posible que el sueño de ver mis obras publicadas en un libro se haya hecho realidad: el Instituto Cultural Latinoamericano, la Editorial Aries, mis seres queridos, los lectores, y todos los maravillosos artistas que hay en este mundo que me inspiran e impulsan a seguir escribiendo. Gracias.

Natalia Peralta

 [Junto a Rosana Silva, la directora del Instituto Cultural 
  Latinoamericano, y el periodita Héctor Martino]














*El Instituto Cultural Latinoamericano ha sido reconocido por el Departamento de Derechos Humanos y Asuntos Indígenas, distinguido por la Dirección de Cultura y Educación, y reconocido por la Dirección de Educación en Contexto de Encierro. Este libro llega a bibliotecas, centros culturales, universidades y escuelas de distintos países, y pueden ser solicitadas sus donaciones a iclatinoamericano@yahoo.com.ar

15.4.14

Luna Roja










Luna Roja,
bendíceme con tu sangre luminosa,
abrígame con tu cálido saco solar
en esta fría madrugada de otoño.

Te veo esplendorosa,
rabiosa, redondeada,
feminidad celestial.

Si fuera lobuno mi cuerpo
aullaría hasta el amanecer,
correría sin prisa por un bosque
a ver duplicada tu belleza
en el espejo de algún lago.

Fuente de mis ciclos,
esta noche luces espesa,
reina de mis emociones
que trasmutan en tus fases

¿Cómo iba a dormir hoy
si me llamaban tus labios rojos
oscureciendo el firmamento,
enalteciendo estrellas?

Vi el reflejo de todas las mujeres
en tu cara luminosa de carmín;
en tu lado oscuro escondemos
mustios secretos, todas nosotras.

Contemplé tu paz,
sangrabas luz,
te regenerabas toda.

Fase morada, llena, henchida,
mañana serás blanca otra vez
y cambiarás, eterna, tus formas.

Esta noche te vi,
esta noche me vi,
esta noche nos vi.

Claro espejo,
Luna Roja.

Natalia Peralta

Fotografía: Nadia Szymanski

22.3.14

Despertares y quimeras



“Hay momentos en que toda la ansiedad y el esfuerzo acumulados se sosiegan en la infinita indolencia y reposo de la Naturaleza..." 

Henry D. Thoreau ~




Cada día, al despertar en el barrio Los Tamarindos, en el alba reinan las aves con sus animosos cantos rompiendo el silencio matutino. A veces, con mis ojos aún cerrados, escucho a los perros de la casa, Buck y Leo, que han madrugado y juegan juntos en el patio trasero. El viento sanjuanino de otoño está comenzando a sumarse también a la sinfonía de la alborada. Me siento en la cama, miro a través de la ventana y mi vista se puebla de plantas, arbustos, a veces algunas rosas, un lindo trozo de cielo y algunas aves que pasean en el firmamento aún azulado. El viento ha sumado también el vaivén de hojas y ramas al paisaje de la aurora. Cuando me despierto un poco más entrada la mañana, puedo ver todo brillando bajo la fuerte luz del sol, los verdes se tornan anaranjados, las rosas se encienden y el cielo se entinta con un celeste cada vez más traslúcido; y ya se escuchan algunos ruidos del pueblo que se ha vuelto a poner en marcha para una nueva jornada. Así son mis despertares en San Juan.

Luego hay que salir a trabajar y viajar hacia el centro; un centro tranquilo, pero con todos los pormenores de una ciudad. En el camino que recorre el micro mi vista siempre se posa lejos, contemplo los cerros que rodean la provincia, a veces marrones claros, medios perdidos bajo el sol y la tierra de la atmósfera; otras veces oscuros bajo las frías nubes que suelen acariciar las cimas, o sus picos nevados tras varias mañanas frescas.

Mi afán de naturaleza es aún mayor. San Juan es hoy un bello trayecto del camino que trazo en el destino que me llevará a vivir en un ambiente más salvaje; anhelo los cerros más cerca, anhelo que la vegetación y los animales sean el entorno en la integridad de mis días. Siempre supe que mi vida no transcurriría por siempre en la gran ciudad, y así como un día en Buenos Aires el camino se abrió ante mis ojos y todas las flechas apuntaban al noroeste, siendo el arribo en San Juan, sé que de la misma forma un día se abrirá ante mí el nuevo camino que me marcará el recorrido de mis quimeras hacia la realidad, y la vida será una verdadera comunión entre lo puro y lo salvaje de la Naturaleza.

Natalia Peralta 

Fotografía: Natalia Peralta 
Chimbas, San Juan

23.1.14

Desarraigo














Parpadeo de un ocaso azafrán,
brisa candente, trémulo estío;
silencio profundo gobierna el alma
del asceta que vive entre el gentío.

La soledad del andurrial buscado
se construye en el espíritu inquieto
que luego crea fuera la realidad
en anhidro suelo, entre áridos cerros.

Ya no importa si las muchedumbres
balbucean incoherencias heredadas,
taciturno es el canto del profeta
que vislumbra verdad en la alborada.

En un desmán de mente eremita
la vida en sociedad simula fragor,
más el retiro sempiterno esboza
aliviado júbilo en la paz interior.

La visión abre nuevos horizontes
cual matices y pétalos de lirio,
al instigar en la libertad añorada
el caminante da comienzo al exilio.

Natalia Peralta

13.1.14

Sobre Luminiscencia



Hace siete meses atrás, a mitad del año 2013, nacía mi primer libro: Luminiscencia. Hoy recuerdo el proceso como la labor más bella que he realizado en mi vida. Surgió junto con la decisión de abandonar Buenos Aires y tener varios ramilletes de poesía para dejar a mis seres queridos y otros para llevar conmigo. Debido al corto presupuesto con el que contaba, pues se aproximaba un largo viaje, resolví que la edición fuera casera y artesanal: imprimir, hacer muchas fotocopias, coser a mano y pintar con lápiz las tapas de algunos ejemplares. La tarea de selección acarreó aproximadamente un mes, comenzando desde el año 2010 donde sobrevino a mí el Gran Cambio, donde nació Nuevo Ser, la prosa que abre la obra. Desde siempre tuve el impulso de publicar un compendio de poemas y al mismo tiempo algo me frenaba, comprendí más adelante que de haberlo llevado a cabo en otras épocas, cuando mi ser se encontraba en oscuridad, sólo hubiera sembrado más sombras en otras almas. Hoy siento que en mi libro brindo una pequeña llama de luz, por el significado que tiene para mí y por lo que intento transmitir a través de mi poesía a los otros. La luminiscencia es una emisión lumínica que se hace mayormente visible en la oscuridad, como la luz de las luciérnagas; y al mismo tiempo para mí la palabra es una fusión entre luminosidad y esencia. Una vez finalizada, armada y registrada la selección, le transmití a Javier Páez Muro, mi compañero de vida y excelente dibujante, la idea de la tapa delicada y sencilla, que ilustró a la perfección y llegó a mí desde San Juan. Días después, sentada en el piso de mi viejo hogar del barrio de Caballito en Buenos Aires, con todo el material impreso frente a mí, mate de hierbas y mantras musicalizando el ambiente, armé y cosí amorosamente cada ejemplar. Este dulce labor me llevó tres días, junto con la pintura a lápiz de algunas tapas. Mi madre, quien siempre me apoyó y alentó mi creatividad, recibió el primer ejemplar el 13 de junio a la mañana. Ese mismo día, dando el anunció de mis publicaciones, celebraba así el día del escritor.

Quien tenga consigo un ejemplar de Luminiscencia, tiene consigo un trozo de mi alma. El contento que siento en todo mi ser, desde las manos al espíritu, cuando escribo y cuando comparto lo que escribo, me imparte la certeza de que vendrán muchos libros más. Desde la provincia de San Juan, a todos los lectores, ahora y eternamente GRACIAS.

Natalia Peralta
Fotografías: Natalia Peralta