Ella ama el agua, los ríos, los lagos, los mares y darse
largas duchas. Ella en el agua se siente pura. Se sumerge entera en fluviales
naturales, acaricia los guijarros del suelo subacuático, los toma, los examina,
se maravilla con colores que al secarse pierden su encanto, y los devuelve al
agua. Ella se queda quieta y se deja investigar las piernas por los peces.
Siempre busca algo en las profundidades que no sabe qué es. Pero el agua la
llama y acude al llamado. Y cuando no puede hacerlo desespera como una sirena
atrapada entre redes bajo el sol abrasador. Así es ella, mujer de aguas, de
crecientes y sequías, de frescuras y oleajes, siempre la misma y siempre
distinta.
Natalia Sol Peralta ~ Ph. Natalia Sol Peralta

2 comentarios:
Tiene la seriedad de un texto bien hablado, y tiene una frescura que denota soltura y disfrute. Es un relato hermoso y agradable.
Gracias por publicarlo.
Muchas gracias a vos por leer y por compartirme tu opinión, Pablo.
Un gusto.
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