17.10.17

Viajes

Los viajes no se miden en tiempo ni en distancia, sino en cómo nos repercuten adentro y en qué nos marcan. Un viaje de pocos días a veces puede  hacernos tomar grandes decisiones y cambiarnos la vida entera, da lo mismo si es a otro pueblo, ciudad, provincia, país o continente. Para mí, hay una Natalia que quedó en Buenos Aires y otra que nació en San Juan.

Dicen que uno se hace al lugar adonde va, y es verdad. Y en cada lugar uno encuentra otras partes de sí mismo y se va armando. Algunos recorren más y otros menos para completarse. Los tiempos, lo sabemos, son relativos para cada quien. Por esto, los viajes son tan subjetivamente significativos en cada ser humano.

Quiero desmitificar que los grandes viajes tengan que ver con irse a la otra punta del mundo. Los verdaderos grandes viajes son los que nos llevan a la otra punta de nosotros mismos, los que nos hacen saltar a nuestro propio vacío y renacernos en ese salto.

Natalia Sol Peralta

Fotografía: Javier Páez Muro
Ruta Provincial 60, San Juan

9.10.17

Lanzamiento: Lírica de Viaje


















Lírica de Viaje, mi segundo libro de poemas. Ya está a la venta.
Adquirilo mano en mano o en ferias itinerantes en varios puntos 
de la ciudad de San Juan y la ciudad y provincia de Buenos Aires.
Más noticias a través de la fanpage en Facebook o en Instagram.

* Puntos de venta en la Ciudad de San Juan:
Pura Cepa, local de arte y cultura, en Av. Libertador Sarmiento.
Corazón del Tiempo, almacén natural, en San Luis 16 este y Mendoza.
Kiosko Gemita, puesto de revistas, en Av. Libertador y Av. España.

* Punto de venta en la Ciudad de Buenos Aires:
Barrio Caballito. Escribime a peraltanataliasol@gmail.com para más info.

Dijeron acerca de Lírica de Viaje


Leer a Natalia Sol Peralta es adentrarse en profundas aguas femeninas; aguas de lluvia, de mar, de lágrimas. Aguas femeninas llenas de emoción, de autoconocimiento, de transformación. Aguas que aclaran lo confuso, que limpian lo contaminado, que dan vida a lo dormido. Y es que cada vez que yo leo a Natalia siento una profunda conexión que me identifica y me hace disfrutar de cada palabra, porque ahí también estoy yo, siendo lluvia, mar y lágrima.
Natalia Lizama - Periodista / Instructora de Yoga (Sídney, Australia)



¿Por dónde empezar? Simple… por dónde sea, el camino se hará detrás de nuestros pasos. Ese es el mensaje que me dejó el libro Lírica de Viaje. Seguir tu instinto, que la poesía venga a ti en vez de ir tú a ella, caminar con confianza que el mundo es maravilloso. El poema Luna roja es una hermosa oda a la feminidad, sin disimulos. Le da un hermoso sentido a lo femenino, no de doncellas indefensas, sino de mujer cíclica y completa. Zonda es un poema grandioso, creo que Natalia ha hecho algo que nadie hizo en San Juan, que es detenerse a sentirlo, observarlo y disfrutarlo. Realmente me parece un magnífico libro de poemas. No sólo por la calidad de los versos, sino también por la manera en que han sido unidos; colocados en el lugar perfecto, como si 
solos se hubieran alineados para ser leídos y degustados.
Javier Páez Muro - Escritor / Fotógrafo (San Juan, Argentina) 



La expresión de todo el libro Lírica de Viaje se me sintetiza en una enseñanza sin alardes, por momentos profetiza pero sin superioridad alguna, un compartir perspectivas de vida y de sueños, una invitación a sentir, a exponerse, a dolerse porque vale la pena salir de la zona de confort, como diría Feliú en una de sus canciones: “de escudo quiero el corazón desnudo”. Vaya osadía la de asumirse así y emprender esa convicción.
El compromiso con lo natural: Luna roja, Zonda, Ocasos, Oda al sol, persisten en una voz lírica que se desgarra para nacerse de un destierro sin nostalgias pero consciente y perplejo a un nuevo despertar. 
Felipe Peralta - Cantautor (San Juan, Argentina)



Natalia Sol Peralta con sus palabras puede tocar los espacios más profundos de la mente y hacerla viajar, te lleva de viaje a experiencias y estadios alimentados de inspiración. Acaricia cada historia, plasmando estados de vida. Al entrar en ese espacio el lector se siente en compañía. Detrás de sus palabras se escuchan años, sueños, anhelos, aventuras, riesgos. Volviendo a volcarse sobre el papel y en un instante, para comenzar cada vez.
Nataly Taglia - Terapeuta integral (Buenos Aires, Argentina) 

21.9.17

Florecer en papel


Comienza la primavera y me florece un sueño. Quiero contarles, con muchísima alegría y emoción, que estoy trabajando en un nuevo libro de poemas. Mi primer libro, Luminiscencia, fue de edición casera y artesanal. Con mucha paciencia y amor hice a mano 70 libros, de los cuales y felizmente sólo me quedan unos pocos.

Este que se viene es un libro con todas las letras, realizado junto a la Editorial Abdulah en la provincia de San Juan. Lírica de Viaje es el nombre de mi próximo libro, en el que invito a los lectores a viajar por la ciudad de Buenos Aires, Junín y la Ruta 7; a explorar la extraordinaria naturaleza de la provincia de San Juan; a conocer los laberintos de un alma que transitó un desarraigo, cortó raíces viejas y se animó a sembrar nuevas; y a inmiscuirse en las simplezas y complejidades de una mente poeta.

A la venta a partir del lunes 9 de octubre del 2017.

Natalia Sol Peralta

11.7.17

Alma


Hay una palabra que me atraviesa. Hay un estado del ser, dentro y fuera del cuerpo, que es grande adentro y es grande afuera. La unidad entre lo externo y lo interno. La piel como única barrera que delimita lo humano. Más que una palabra es el concepto de un todo. El éter que me sujeta. El éter que llena todos mis huecos internos. El alma.


Se siente tan bien ser una misma. En los días buenos y en los días malos. Con todas las virtudes y con todos los defectos. Se siente bien porque ya no hay que fingir nada. Soy lo que soy, sé lo que sé, siento como siento.
Ya no busco la aprobación ajena porque me apruebo a mí misma. Ya no persuado a nadie para que entre a mi vida ni para que salga de ella. Que estén los que tienen que estar. Claro que a veces me sorprendo, con silencios imprevistos, con visitas inesperadas. Recibo los silencios con respeto y recibo las visitas con alegría. Me gusta el inacabable estupor de los vínculos.

Siento este tornarme cada vez más segura de mí, este pulir y demoler lo edificado encima de esta cariátide, este ir soltando el peso de las manos, la cabeza y la espalda, que dejará al descubierto la escultura carnal sosteniéndose en el pilar de su alma, cimentada con la misma materia volátil del ánima que rellena todas mis concavidades.

Natalia Sol Peralta

3.7.17

Sobre Pizarnik

Desde hace un año estoy leyendo con gran fervor la obra en poesía y prosa de Pizarnik. Y sí, me enamoré de Alejandra, y me identifico en sus versos que explotan de intensidad y se desgarran, en esa loba arañando todas las paredes de su ser buscando salida, en su estructura desestructurada.
Es la referente femenina que estuve buscando por años; no la poetisa de corazón inmaculado que habla de flores y amores floridos, sino la poetisa de corazón herido y enmendado, que usa la palabra como alcohol que arde para sanar heridas. No es la poetisa que habla de la dulzura de la miel sino de todo lo que acontece en la oscuridad del panal para que chorree esa lírica pegajosa, que medio molesta en su versatilidad mas envicia en el deseo de saborear hasta el espesor de su última gota.

Ay, Alejandra, te leo y me estremezco, y sé que aunque me despedace y me desarme en mil alaridos mi aullido no alcanzaría a ser tan fuerte como el tuyo.
Luego de tantos años llegaron a mí tus letras, tenía que pasar mucho, vivenciar las inevitables intensidades que adolecen al alma poeta, para poder entenderte cuando te leyera, para que mi lágrima o mi suspiro se una a los tuyos en el papel.
Ay, Alejandra, quién tuviera tu habilidad para desglosar las hondonadas y abismos inherentes al ser humano y la idiosincrasia de mujer y colocarlo todo en versos breves u oraciones interminables, tus letras resistentes como un cajón de roble, allí lo has guardado todo, y allí me guardo con vos a veces.

Natalia Sol Peralta

21.6.17

Re-crearme, re-nacerme
















Todo nuevo ciclo en mi vida viene acompañado de un cambio de seudónimo, quienes me leen desde hace mucho tiempo lo saben. Quizás sea el definitivo, más allá de que la vida seguirá siendo siempre cíclica. Quién sabe. Busco ser yo, con todas mis garras, mis huesos y mi sangre. El sol ahora tiene grandes y profundos significados para mí, desde lo astrológico, desde mi madre, desde mí misma. Vengo gestando la nueva fase, levantando polvo de cenizas de Fénix que intenta montar vuelo. Hoy me renazco en Natalia Sol Peralta. 

15.4.17

Lluvia de otoño

Llueve. Y no es tormenta, es la lluvia larga y suave propia del otoño sanjuanino cuando ya el frío comienza a instalarse. Ese frío que nos hace sacar las camperas del ropero y poner las frazadas sobre la cama. El mate caliente con algo tostado a la mañana y el tecito por la noche que acompaña la lectura antes de dormir. Es volver a disfrutar del sol cuando aparece como el mejor abrigo. Y la gama de colores que desprende el otoño donde al andar me siento como dentro de una pintura de Monet. Es respirar la vida que amo y olvidar por dos estaciones el anhelo del sur. Este clima que nos invita a acercarnos más, a abrazarnos más. Es la inspiración que ante el frío se torna fuego para mantener el calor de la existencia.


Sí, amo el otoño. Y me gusta la gente que gusta del otoño; esos que salen con las primeras hojas que caen, con las nacientes brisas frescas, cuando la muchedumbre comienza a guardarse en sus casas. Los que gustan del otoño algo saben distinto del resto. Se animan a la metáfora, a desnudar todas sus ramas, a cambiar de colores, a soltar y a soltarse.
Amo el otoño y la libertad que expresa. Y gusto también de los que se animan a esa redención juglar.

Natalia Peralta 

Fotografía: Natalia Peralta 
Ciudad de San Juan, Argetina

1.4.17

Solitud


Y la soledad es no poder decirla.*
Pero sí escribirla. Pero sí amarla.

Ecos de silbido del viento interior.

La solitud es como un ser,
nos habla, es la revelación silenciosa,
camarada sin palabras.

Es ser uno mismo
en tiempo y espacio y vacío
y no tenerse miedo,
es amarse
buscar estar a solas.


Sentirse en la calma de ser
unos cabellos al viento,
unos pies descalzos en el césped,
un espíritu silencioso,

el cuerpo como hogar
y los ojos como ventanales
que nos cuentan el mundo.

Como ave de parque
a veces repliego mis alas
y me arrimo a los seres humanos;

hijos de la Tierra,
yo ando por caminos más escondidos,
no es fácil encontrarme.

Deambulo observadora de todo,
picoteo un poco aquí y allá
y vuelvo a mi nido de papel.

Natalia Peralta 
Fotografía: Natalia Peralta 

*Alejandra Pizarnik 

2.3.17

Respiro

Mi mujer arcaica está cansada, lleva un peso ancestral en sus espaldas. Ella quiere hacer, pero su linaje le pide descanso. Ella no va a ceder. Mi madre ya descansa. Yo venceré este asedio. Las lágrimas comenzaron a secar, escasean como lluvia de estepa. 
Algo brota de la superficie de mi ser, lo dejaré crecer. Son mis sueños queriendo cumplirse. Son semillas queriendo abrirse. Las raíces tienden a secarse, pero el tronco de este árbol es fuerte, crecen ramas con frutos latentes. Aunque mi corteza se resquebraje extenderé estas ramas a las alturas. Aunque falten innumerables otoños e inviernos por vivir, no caeré. Ningún oscuro leñador con su hacha podrá quebrarme. Estoy cansada de un cansancio que no es mío. Cargo también un manojo de heridas propias que yo misma curaré. Tengo el poder de sanarme. Tengo esta savia viva. Seguiré creciendo, expandiéndome interminable, no me rendiré.

Natalia Peralta 


Fotografía: Javier Páez Muro
Bosque de Arrayanes, Neuquén

27.1.17

Kayak

Siempre tuve miedo a la idea de andar en kayak, temía que la canoa se diera vuelta, creía no tener la fuerza suficiente para remar o que el cuerpo se me cansara demasiado rápido. Pero esta vez acepté el desafío, el Nahuel Huapi me pedía que lo navegara. Además no lo haría sola, remaría junto a mi compañero. Aun así, sentí algo de temor al momento de arrastrar el kayak hasta el agua y subirme sobre él. Nos adentramos en el lago y en cuestión de pocos segundos el miedo se convirtió en placer. Remar era un esfuerzo fácil, sólo había que dejarse llevar por la intuición y avanzar en la dirección que se desease. Cuando estoy en el agua mi resistencia física, por lo general limitada, aumenta. Dejar quietos los remos luego, recostarse sobre la canoa y permitirse hamacar por las olas, es una sensación deliciosa. Fue tal mi regocijo de navegación que, pasadas casi cuatro horas, no deseaba salir del agua. Y yo que sentía miedo… gracias a mi amor por el agua navegar en kayak se convirtió en una grata metáfora más sobre el arriesgarse y superarse a uno mismo.
Además del rafting por el río Los Patos de Barreal, en San Juan, bogar el kayak por el lago Nahuel Huapi, en Neuquén, fue la segunda aventura en agua más maravillosa que he vivido. Sentir avanzar el navío de una forma tan armónica y respetar cada oleaje, siendo parte de cada movimiento del lago, no luchando contra él sino yendo con él.
Desde la ribera del camping Cullunche en Villa La Angostura, frente a la Isla Menendez, comenzamos la travesía hacia el Norte, pasamos muchos puertos, dimos la vuelta, no dirigimos hacia la Isla Piojito, y continuamos remando hacia el Sur. Por momentos soltamos los remos, quedando a la deriva, el movimiento lacustre sacudiendo el kayak, y así dejamos que en el último tramo, con una mínima ayuda de los remos, el lago nos devolviera a la orilla. Nos incorporamos con las piernas empapadas, con el viento helado del atardecer patagónico congelándonos las piernas, pero con el calor del sol en el rostro y en los brazos, abrigando la culminación de esta aventura en el Sur que, sin duda alguna, es una experiencia que hemos de repetir.

Natalia Peralta

Fotografía: Javier Páez Muro
Lago Nahuel Huapi, Neuquén