3.10.13

San Juan

Salir a la vereda y ver cerros asomados a lo lejos; andar en colectivo y ver cerros contorneando el camino; levantar la vista desde una plaza y ver la silueta de los cerros debajo de un cielo anaranjado. Despertar por la mañana o tenderse a una siesta con el canto de las aves oriundas de tierras que empiezan a hacerse amigables. El paisaje en sepia, verdes desteñidos por la sequía, provincia como con una idiosincrasia otoñal de tibieza esteparia...












Mi hogar ahora es entre cerros,
cuando la tierra se levanta ante mí
la Pacha protectora me abraza.
Sus ojos marrones observan mi andar,
mis pasos suben
en el suelo,
en la existencia.
El viento choca y se desliza, cae
silbando melodías del cielo,
entonando cantos ancestrales.
El suelo tiembla,
bailan las piedras
y vibra la vida, se mueve el alma
en un fragmento del planeta azul.
Acaricia el sol más fuerte en lo alto,
rasguña las cimas
donde el cóndor revolotea.
Relieves de luz, picos sagrados,
en las alturas se erige
la esencia de la paz,
interna, eterna.

Natalia Peralta
Fotografía: Natalia Peralta

7.7.13

Me despido, Buenos Aires













Vieja ciudad de Buenos Aires
yo te quise, durante un tiempo
fuimos dos buenas amantes
que se besaban noche y día.

Recuerdo largas madrugadas
en las que contigo conversaba,
con tus faroles, con tus ruidos.

Yo no quería silencio entonces,
sólo escuchar las voces
de una capital que no descansa,
 sólo perderme en las luces
de tus grandes ojos porteños.

Pero las dos en el fondo supimos
que era pasajero enamoramiento.

Tu voz comenzó a aturdirme
con su parloteo incesante,
tus luces me enceguecieron
cada vez más y brillantes.
Y así, casi ciega y aturdida
te doy firme despedida. 

Te pusiste ese negro perfume,
aroma de calle y tránsito,
como buscando reconquistarme
con algo más que tu canto
de bullicio, con oscuro vendaval.

Pero busco cambiar el paisaje,
que al abrir entero el ventanal
lo gris se convierta en verde;
que los altos edificios, los negocios
sean altos árboles, sierras o cerros;
que el aire entrando en mis pulmones
sea una caricia, no un lamento;
que mis oídos y mi voz
conversen con pájaros o flores,
ser un coro con los grillos,
pintar mi alma con colores;
que sea la paz mi suspiro.

Yo te quise, Buenos Aires,
más ya es hora de partir,
hoy te escribo desde Junín
pero me voy cerca de los Andes.

Nos veremos más adelante,
pido un tiempo prudencial,
fuimos dos buenas amantes
pero este es el final.

No existe en mí tristeza,
no me aflige lo inevitable,
cerramos juntas un ciclo,
preparé luego mi equipaje.

Te despido con una sonrisa,
siento el llamado de la brisa,
voy partiendo hacia lo salvaje.


Natalia Peralta
 Fotografía: Natalia Peralta

13.6.13

Un sueño cumplido

Es una inmensa y especial alegría para mí anunciarles que acabo de editar mi primer libro de poemas y prosa: Luminiscencia, de manera independiente y artesanal. Es una selección de mis escritos de los últimos años. El libro es pequeño, pero el contenido para mí es en suma valioso, muy grande en sentimiento. Es el testimonio de una gran transformación de vida.


Quienes deseen adquirirlo pueden escribirme a: caminopoesia@gmail.com
A todos los lectores siempre y eternamente gracias por estar del otro lado de mis letras.
Los saluda cálidamente... 

Natalia Peralta

17.5.13

Este Amor...

[A Javier Páez Muro]

Este Amor, tan fuerte y seguro... Seguro porque tiene muchas alas, tú tienes las tuyas, yo las mías, pero volamos libres bajo el mismo cielo. A veces más lejos, a veces más cerca, otras veces juntos, con el mismo rumbo. Fuerte porque este Amor no ha sido atrapado por las redes de la ilusión. Amor sin distancia. Amor sin tiempo. Encuentros, desencuentros y reencuentros nos han hecho trascender todo límite. Volamos más allá de nuestras mentes, entonces los límites se disolvieron en la tierra, mientras nuestras Almas se sonreían entre las estrellas. La Luna resplandeció en nuestras miradas al unísono tantas noches durante tantos años... Hasta que a principios de este otoño, en el despuntar de un alba nuestras miradas se juntaron bajo la luz del Sol y sentimos, supimos, que nos conocíamos desde siempre. Nos conocíamos. Nos reconocimos en ese abrazo donde fundimos nuestras esencias en una, donde volvimos a ser Uno. Comprendimos una tarde, mientras nos besábamos y nos hablábamos poéticamente al oído, que somos una misma Alma que se ha dividido en dos cuerpos. 

Natalia Peralta

13.5.13

Asvatta



Árboles,
los incontable brazos
de la Madre Tierra,
me abrazan,
me contienen,
me llenan de vitalidad.

Corteza
que se resquebraja
como piel vieja,
fortaleza interior
que perpetua su lozanía
por décadas.

Arrimo mi tronco
a tu trono añil,
siento el latir
lejano del Cosmos
que hace eco
en tu savia fresca.

Los siglos de Gaia
pincelan tus hojas,
luego las destiñen,
las sueltan para labrar
elixires de vida.

Y en el samsara sin fin
de la Naturaleza,
observo tus ciclos
como metáforas
que tejen mi existencia.


Natalia Peralta

Fotografía: Natalia Peralta
Plaza Aberastain, Pcia. de San Juan

26.1.13

Raudal de Vida

En Córdoba, sintiendo la fuerza de una pequeña cascada sobre mis pies durante largo tiempo, la intensidad sumerge mi alma en su frescura. Cierro los ojos, siento a nuestra Madre Tierra con todos mis sentidos. Abro los ojos. Tomo la cámara y fotografío el momento. Tomo mi cuaderno y las palabras manan como el agua. Comparto el escrito tal cual nació en ese instante, sin ninguna modificación. Los salpico un poquito con la profundidad de mi sentir...

Con los pies en el río Calabalumba, en la base del Cerro Uritorco, entre el sonido de cascadas que masajean mis pies, percibo que la vida es tal cual esta agua que fluye y se renueva a cada instante, que siempre es pura y cristalina. Con sólo cerrar los ojos se escucha su pasar sereno y seguro. Vence piedras y ramas, sigue siempre fluyendo. Sola se va limpiando. Se abren las nubes y rayos de sol exponen su brillo, la enseñanza que corre con el río, la vida misma que avanza con calma y firmeza.

Quizás otros poetas o narradores hayan escrito sobre esta misma analogía o creado similares metáforas. Esta vez lo sintió en profundidad mi propia alma, el río hoy me habló a mí; y la vida y la poesía acudieron a mis manos, mientras la enseñanza de la Eternidad se esparció por todo mi Ser, manifestándome el palpitar de su infinitud.

Natalia Peralta

Fotografía: Natalia Peralta

3.1.13

Claroscuros

Espíritu claroscuro;
opacas pesadillas
se escapan,
coloridas quimeras
se acercan.
Sueño despierta,
despierto soñando.
Entremedio
luces y sombras
me desvelan
y me construyen.


Natalia Peralta