15.6.21

Insomnia

Cómplice irrecusable de mí misma,
me hablo y a veces en voz alta,
muerdo la carne de mis dedos,
de mis yemas encalladas
que presionan notas en diapasones,
las izquierdas, las derechas pulsan letras.
Pierdo mi vista en los rincones,
en las paredes blancas, en los adornos,
encuentro la ventana y me escapo,
el cielo lejano siempre fue
un buen sostén para mis ojos.
Los sahumerios me humean el pelo,
las fosas nasales, la piel, la ropa,
los prendo y apago como cigarros espirituales.
La noche avanza, mis ojos cansados
detienen al fin su deambular,
pero mi mente peregrina,
viajera de pensamientos y cavilaciones,
exploradora de dimensiones abstractas,
exiliada de mis intenciones,
no quiere detener su marcha hoy
y me desafía, irredenta, el descanso. 

Natalia Sol Peralta