Y ajenos a todo, un poco a la vida, a las responsabilidades, a su alrededor, a mi mirada; ellos únicos en su presente se entrelazan con el mío. Ya no son sólo ellos, ni yo soy sólo una mano que escribe plasmando lo que contemplo; ahora es todo un fragmento literario, un trozo de esta poesía de eternidad.
Ahora, observo todo con estos ojos solubles,
atrapando con ellos lo indisoluble de la vida, el presente infinito de un
instante que simula ser fugaz.
Natalia Peralta
