Como una elfa
que se adentra
en la naturaleza salvaje
del mundo
y de su alma;
sólo se muestra
en un rayo de luz
y a veces en alguna
sombra litúrgica;
juega en los bosques
a darle formas
corporales a los árboles;
conversa con los animales
a través de miradas,
los imita, los proteje;
se alimenta de los frutos
que Gaia le ofrenda;
dormita en las cortezas
hundidas de los troncos,
o sobre espesas hojas
al amparo de hogueras;
se mueve en búsqueda
de las profundidades
de la Madre Tierra
y de su ser;
como una elfa
que en su existencia
saborea y transmuta
un universo entero;
así…
Natalia Peralta
Fotografía: Nataly Ninka
Edición: Javier Páez Muro
