
Hace siete meses atrás, a
mitad del año 2013, nacía mi primer libro: Luminiscencia.
Hoy recuerdo el proceso como la labor más bella que he realizado en mi vida.
Surgió junto con la decisión de abandonar Buenos Aires y tener varios
ramilletes de poesía para dejar a mis seres queridos y otros para llevar
conmigo. Debido al corto presupuesto con el que contaba, pues se aproximaba un
largo viaje, resolví que la edición fuera casera y artesanal: imprimir, hacer
muchas fotocopias, coser a mano y pintar con lápiz las tapas de algunos
ejemplares. La tarea de selección acarreó aproximadamente un mes, comenzando
desde el año 2010 donde sobrevino a mí el Gran Cambio, donde nació Nuevo Ser, la prosa que abre la
obra. Desde siempre tuve el impulso de publicar un compendio de poemas y al
mismo tiempo algo me frenaba, comprendí más adelante que de haberlo llevado a
cabo en otras épocas, cuando mi ser se encontraba en oscuridad, sólo hubiera
sembrado más sombras en otras almas. Hoy siento que en mi libro brindo una
pequeña llama de luz, por el significado que tiene para mí y por lo que intento
transmitir a través de mi poesía a los otros. La luminiscencia es una emisión
lumínica que se hace mayormente visible en la oscuridad, como la luz de las
luciérnagas; y al mismo tiempo para mí la palabra es una fusión entre
luminosidad y esencia. Una vez finalizada, armada y registrada la selección, le
transmití a Javier Páez Muro, mi compañero de vida y excelente dibujante, la
idea de la tapa delicada y sencilla, que ilustró a la perfección y llegó a mí
desde San Juan. Días después, sentada en el piso de mi viejo hogar del barrio
de Caballito en Buenos Aires, con todo el material impreso frente a mí, mate de
hierbas y mantras musicalizando el ambiente, armé y cosí amorosamente cada
ejemplar. Este dulce labor me llevó tres días, junto con la pintura a lápiz de
algunas tapas. Mi madre, quien siempre me apoyó y alentó mi creatividad,
recibió el primer ejemplar el 13 de junio a la mañana. Ese mismo día, dando el
anunció de mis publicaciones, celebraba así el día del escritor.
Quien tenga consigo un ejemplar de Luminiscencia, tiene consigo un
trozo de mi alma. El contento que siento en todo mi ser, desde las manos al
espíritu, cuando escribo y cuando comparto lo que escribo, me imparte la
certeza de que vendrán muchos libros más. Desde la provincia de San Juan, a
todos los lectores, ahora y eternamente GRACIAS.
Natalia Peralta
Fotografías: Natalia Peralta