31.5.12

Larva y Mariposa

Desde que descubrí 
la luz en mí
y me aferré a ella
comencé a negar
mi pasado oscuro,
largo trayecto
lúgubre y melancólico.

Perdida en la luminosidad
huí de mis sombras.


Y me encontré en la luz,
pero ya no me encontré
en la oscuridad.

Toda una vida
siendo quien no era,
centrada en algo
que opacaba mi espíritu.
Negaba la luz.

Hoy mi espíritu quiere brillar;
quiere, pero a veces titila.

Tanto tiempo…
siendo quien no era…

Comencé a pensar
en la aceptación del pasado,
en la afirmación del presente.

Y una tarde soleada
mientras meditaba en mi balcón
pasó una mariposa frente a mí,
se posó en un helecho.

En sus alas pude leer la enseñanza.

Colorido hoy su ser,
vuela alto, busca flores,
la embellece el sol
y sin embargo
no niega su crisálida,
su antiguo ser oscuro,
la vieja penumbra
en que se gestó su existencia.

Se fue la mariposa
y con ella mi negación.

Fui oscuridad,
profunda,
casi absoluta.

Fui luz,
intensa,
resplandeciente.

Y vacilé entre una y otra.
Clara sombra, rayo negro.

Mas hoy acepto
mi ser
en todas sus formas;
las arcaicas,
las presentes,
las venideras.

Hoy soy mariposa
que se regocija en colores
mientras recuerda,
piadosa de sí misma,
la larva que alguna vez fue.

Natalia Peralta