13.8.11

Sombras en la luz

El amor como algo que siempre está, aunque no pensemos en él o ni siquiera lo sintamos.

El amor que está con uno siempre, que está junto a ti como tu propia sombra, porque el amor es tu esencia.

Y tanto el amor como la sombra parecen desaparecer cuando son invadidos por una completa oscuridad.

Pero cuando uno vuelve hacia la luz, ve que la sombra del amor sigue junto a uno, porque nunca se fue, porque siempre estuvo.

El amor es.

No es luz ni oscuridad, es una esencia de luminosidad que es uno mismo y que al mismo tiempo se expande fuera de uno.

La sombra no se toca, pero sabemos que está, que existe, que se proyecta desde uno, y que al mismo tiempo es uno.

Podemos mirar hacia otro lado y pretender que no está, podemos hasta olvidar que la llevamos con nosotros.

Podemos sentirnos tan libres, porque no hace falta ser conciente de algo que siempre está, no hace falta cuidar algo que no se pierde.

¿Hablo de la sombra? ¿Hablo del amor? Dedúzcanlo ustedes, mientras proyectan sombra, mientras expanden amor bajo la luz, o mientras permanezca escondido en la oscuridad.

La sombra del amor es infinita, es de todos y para todos. Somos tan libres de amar que podemos hacerlo por cada ser sobre la tierra.

Hay tantas sombras de amor, que unidas son el claroscuro del mundo, la esencia del Ser, despierta o dormida.

El amor está. El amor es. Y su sombra vive a tus pies.

Natalia Peralta

Fotografía: Natalia Peralta