7.12.10

Energía

Creo en la energía del Universo, en la energía de la Naturaleza y en la energía de los Seres Humanos; y creo, veo, siento, cada vez con mayor claridad, la relación y la conexión que tienen éstas energías. Todo se mueve tan perfectamente bien cuando sabemos observar, cuando llegamos a esa iluminación interna que nos muestra nítidamente que nada en esta vida es casual, que nuestro destino es una cadena de eslabones unidos por causas y efectos. Las personas que estuvieron, las que están y las que estarán en nuestras vidas más adelante, son como una cadena de seres tomados de las manos, sólo que están unidos por una energía cósmica, pero todos aquellos que habitan nuestra existencia se relacionan entre sí de alguna manera, incluso quienes nunca se han cruzado. Quienes nos quieren nos enseñan mucho, quienes nos lastiman, quizás, nos enseñan más. Nunca hay que maldecir a alguien porque nos ha lastimado, hay que bendecir incluso al enemigo, porque lo más probable es que haya aparecido en nuestra vida con el fin de otorgarnos alguna enseñanza.
Insisto, hay que saber ver. Advertir que si amamos a alguien que no nos correspondió quizás sea porque ese amor es el primer escalón para luego llegar a la cima del amor real, pero sólo conociendo al amor que no es podremos llegar al amor verdadero. Hay quienes tienen la suerte de subir escalones de pocos peldaños o de tan sólo uno para llegar al amor real; pero también están los que tienen esa otra suerte de explorar distintas formas de amor hasta llegar al verdadero. Todos los caminos son apasionantes. El amor es apasionante.
Vuelvo a insistir, aprendamos a observar. Los amigos, cuantas veces nos lamentamos al haber perdido un amigo, porque nos distanciamos, porque la vida nos alejó, y pasado un tiempo comprendemos que ese amigo era el que debía estar en ese momento de nuestras vidas, que era la persona perfecta para una época perfecta. No todos maduramos de la misma forma, y a veces para crecer las ramas de un árbol deben abrirse. Igual las personas. El Universo nos proporciona un orden en nuestras relaciones, nuestra energía cósmica es un imán que atrapa a las personas correctas para cada instante, para cada época, para cada lugar.
El Universo nos provee todo de una forma tan perfecta, sólo hay que aprender a captar. Segundo a segundo nuestro ser se entrelaza con todo lo que no rodea. Nuestro ser se entrelaza con cada objeto. Abracemos a la silla en que nos encontramos sentados, pues alguna vez fue un árbol en un bosque. Nuestro ser se entrelaza con cada hecho, con cada situación, desde sentarnos a tomar un té hasta hacer un viaje, tornemos sagrado cada instante. Que no nos alcance jamás el aburrimiento, es sagrado incluso el momento en que nos encontramos en la cama mirando el techo, pensando, soñando. Nuestro ser se entrelaza con cada persona, y si nuestra energía es buena, podemos lidiar y complementarnos a la perfección con las demás energías de las personas, tanto con las buenas como con las malas. Podemos lograr ese equilibro, sonreír con cada encuentro grato, sonreír incluso en los encuentros no gratos.
Ante las personas de mala energía no actuemos con bronca, sino con compasión, es la única forma de lograr un equilibrio con ellas.
Ante las personas de buena energía, disfrutemos. Apreciemos cada instante cuando el Universo ponga frente a nosotros a esos seres que irradian luz. Aprendamos a ver por qué ciertas personas aparecen en ciertas etapas de nuestra vida, y comprendamos también cuando y por qué se van. Cada encuentro con otra persona nos enseña algo, y debemos disfrutar de esos encuentros en el exacto instante en que suceden, porque podrían ser los únicos. Lo cierto es que todo es impermanente, hay que valorar cada instante con cada persona, nunca sabremos si volveremos a encontrarnos. Y nunca, jamás, nos lamentemos por quienes ya no formen parte directa de nuestra vida. Aprendamos a sonreírle al recuerdo, comprendamos por qué algunos seres estuvieron en nuestra vida sólo una etapa, por qué fueron las personas perfectas para esa etapa, por qué ya no lo son ahora. Comprendamos que quien se encuentra con nosotros está en el aquí y ahora, no el pasado, no en el futuro. Y a los que estén en el pasado, pues saludémoslos con una sonrisa. Y a los que estén en el futuro, pues démosle la bienvenida con una sonrisa. Todas nuestras relaciones se encuentran en sincronicidad con cada estado nuestro, con cada etapa, con cada instante. Observemos, aprendamos a ver estas sincronicidades, el por qué de cada encuentro, de cada bienvenida y de cada partida. Así ya no volveremos a lamentarnos. Así cada instante será vivido en el eterno presente, el aquí y ahora. Así, danzaremos al unísono con el Universo y nos fundiremos en un océano de energías en perfecta sincronía.

Natalia Peralta

26.10.10

Sat nam


“La libertad es el gran espejo mágico
donde toda la creación
pura y cristalina se refleja;
en ella se abisman los espíritus tiernos
y las formas de la naturaleza entera.”
Novalis ~




Esta mañana simplemente caminaba a paso tranquilo, bajo el suave calor del sol de primavera, con la música de Monjes Budistas en mis oídos; y me sentí en completa armonía conmigo misma y con todo lo que me rodeaba, me sentí más en mi centro que nunca. Respiraba en un completo estado de relajación, sentía el prana entrar y salir de mí con simple naturalidad.

Llego a una esquina y detengo mi paso para esperar que cambie el semáforo. A unos pasos míos veo un hare krishna también esperando para cruzar, allí sobre el pasaje El Maestro, donde a unos pocos metros está la Academia Vaisnava, donde probablemente se dirigía. Lo miré y por primera vez sentí que lo entendía, que sabía como había alcanzado esa paz que reflejaba su mirada, esa armonía en toda su figura envuelta de telas color naranja. Por primera vez, él no era el extraño entre la gente, hoy me sentí más cerca de él que de todas las demás personas que me haya cruzado. Quizás no comprenda su rasgo devocional, nunca he sido una persona devota, pero sentía que entre él y yo había una similitud espiritual muy grande, que si nos sentáramos uno al lado del otro no sería necesario hablar una sola palabra para descubrir la semejanza entre su alma y la mía.

El semáforo cambió, el hare krishna cruzó a mi mismo paso y luego siguió su rumbo por el pasaje El Maestro. Yo seguí por la Avenida Rivadavia, que esta mañana para mí no tuvo nombre, hoy simplemente sentí que caminaba por un fragmento del mundo, en completa sincronía con el planeta entero.

Natalia Peralta

Fotografía: Natalia Peralta

3.7.10

Luz intensa











Luz emergente,

mirada radiante,
armonía,
paz interna,
desapego,
libertad.

Liberación extrema,

desataduras,
ansias
de perfecta universalidad.

Espíritu desmedido,
exaltado,
alegre,
hambriento de ser,
sediento de vida.

Luz tan refulgente
que encandila,
no existen sombras,
sólo el ser
que se pierde en la luz
incesante, hipnótica,
del espíritu libre.

Natalia Peralta

17.4.10

Nuevo Ser

Cuando lo entendí no pude contener las lágrimas, pero sí, mi oscuridad había muerto para siempre. Ya era un ser completamente nuevo, y lloré de alegría como nunca en mi vida lo había hecho. 

Jamás pensé que la oscuridad me dejaría, porque creí que formaba parte de mí, pero ella se fue cuando vio la luz que comenzaba a emanar de mi interior. 

Al desaparecer la oscuridad mi luz lo invadió todo para que esta otra ya no tuviera retorno.


De repente ya no era la misma, mi espíritu comenzó a crecer en enormes dimensiones, todo mi ser irradiaba una indescriptible sensación de bienestar, conocí la paz. Todo mi alrededor también cambió, mi percepción de las cosas y la relación con los demás seres.

Mi viejo ser lloraba en soledad, mi nuevo ser no puede parar de sonreír cuando se encuentra en soledad, y aunque a veces no sonría con mis labios, mi alma adopta una constante forma de sonrisa.

El Cosmos ha parido este nuevo espíritu que ahora se mece dentro de mí. Siento que nada me puede derrumbar, pues la luz no se derrumba, los Astros brillarán eternamente en mí, y yo con ellos. Todo mi pasado, mi vida entera, es apenas un detalle en mi presente. El pasado ya no pesa, la oscuridad cuando se fue lo tomó de la mano y se lo llevó consigo.

He renacido, y al igual que un bebé lloro en este mundo que siento nuevo, con lágrimas brillantes me reconozco en este Universo y me siento en armonía con él. Y crezco, mi luz se expande, mi ser se eleva y toco con mis manos la paz de la existencia.

Natalia Peralta